martes, 24 de junio de 2008

EL MODELO PARENTAL II (Radio Armonía)

Continuando con la idea del modelo parental, una de las cosas que necesitamos para realizar un buen trabajo es lo que se denomina "feedback" o "retroalimentación". Este permite obtener informacón acerca de cómo perciben (en este caso) nuestros hijos el trabajo que hacemos como padres y por tanto nos facilitará el hacer los cambios pertinentes para mejorar nuestra labor.
No se trata de ser padres "a la pinta de ellos", pero si de saber si estamos respondiendo a sus necesidades reales. Mucha veces creemos que hacemos las osas bien y cuando preguntamos a otros, nos enteramos de que no era tan así como creíamos. Recuerda que somos llamados no sólo a proveerles las cosas que necesitan, sino también el ambiente emocional y espiritual adecuado para desarrollarse bien.

Las bajas notas de nuestros hijos a veces son el producto de su flojera o falta de hábitos de estudios (la responsabilidad de crearles este hábito es nuestra), pero en muchas ocasiones tiene que ver con una desmotivación intrínseca producto de un ambiente familiar tenso, lleno de discusiones, pleitos y cosas semejantes, que no son de ayuda para ningún estudiante.

Es super necesario entonces que busquemos propiciarles un grato ambiente familiar. Que los niños especialmente, no se vean en medio de discusiones o problématicas de dinero u otro tipo.

Este tipo de recuerdos es difícil de olvidar, incluso cuando uno crece y aunque las condiciones de vida cambien, normalmente las imágenes permanecen guardadas en las mentes de las personas.

Por otro lado, no olvidemos que no se puede dar lo que no se tiene, y a veces nuestro rol parental es deficiente y limitado porque no contamos con las herramientas para hacer un mejor trabajo.

Las personas organizamos nuestras vidas en alguna de estas tres formas, vivimos como pensamos, como queremos o como debemos.

El vivir como pienso tiene que ver con la escuela que recibí básicamente en casa, la tradición. "Mis padres me criaron así y por lo tanto yo lo hago de la misma forma". El problema con este modelo es que reproducimos lo bueno y lo malo de nuestros padres y en muchas ocasiones perfeccionamos los errores.

Al vivir como queremos existe el riesgo de que el modelo que elijamos seguir nos de más problemas que soluciones. Las nuevas tendencias sociales dejan fuera a Dios y esa ha sido, es y seguirá siendo la gran tragedia de la humanidad. Este modelo habla de un espíritu independiente, y ya sabemos lo que pasó a Adán y Eva cuando escogieron actuar independientes de la voluntad de Dios.

Finalmente está el vivir como debemos y ¿adónde más que en la Palabra de Dios podemos encontrar la sabiduría que se necesita para hacer las cosas correctamente? Sin embargo, vivir como debemos no es nada fácil, porque los principios de Dios chocan con los principios del mundo post moderno.

Nuestro liderazgo como padres debe provocar la ADMIRACIÓN y el RESPETO de nuestros hijos. Ellos siempre están buscando modelos a seguir y Dios desea que nosotros seamos esos modelos. Muchas veces somos cuadrados y legalistas con ellos (lo contrario a esto no es ser libertinos) y nuestro rol parental se ve limitado a un par de "haz esto o no hagas aquello", provocando una distancia entre nuestros hijos y nosotros. Es como cuando tu oyes la mitad del evangelio y te creas una impresión inexacta de lo que Dios es en verdad.

Para algunos Dios es sólo amor (tanto amor que convierten al amor de Dios en un dios, ¡cuidado!) y para otros Dios es sólo justicia y juicio (está esperando que te equivoques para deshacerse de tí). Lo cierto es que Dios "nos ama con tal amor que dió a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea no se pierda, pero del mismo modo, no dará por inocente a un culpable". Y esto crea el equilibrio perfecto.

Nuestros hijos deben ver esta clase de equilibrio en nosotros, un liderazgo sabio, ejemplar, sencillo pero firme y claro a al vez, que tiene objetivos bien definidos. Eso les gusta a los hijos, ver que sabemos hacia donde vamos y hacia donde les conviene ir. Seguramente esta clase de liderazgo les traerá de vuelta a una relación de admiración y respeto con nosotros como padres.

Hay padres que buscando ser amigos de sus hijos, "han fallado en marcar los límites de esa amistad". Jesús dijo "seréis mis amigos, si hacéis lo que os mando", entonces esa amistad está condicionada por una respuesta adecuada a las demandas del Señor. Esto es algo digno de imitar. Si mi hijo responde bien, responsablemente en lo que le encomiendo, entonces el nivel de confianza crece y con ello también crecerán los privilegios. Pero hoy día muchos padres ofrecen amistad sin compromiso, dan recompensa sin mediar un trabajo. Recordemos que "lo que nada cuesta, nada vale".
Podemos y debemos ser amigos de nuestros hijos pero ellos, aunque no lo parezca (o no lo quieran reconocer) siguen necesitando nuestra guianza y dirección.
Continuará...

Que Dios te bendiga,
Pastor Gabriel Torres
Licenciado en Educación,
Profesor de Inglés / Intérprete de Ministros

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