martes, 11 de noviembre de 2008

Amo a Cristo, pero ¿a la iglesia...?


Hablamos mucho de la iglesia, de lo bueno que es para nuestra vida, familia, sociedad, etcétera, pero ¿ocupa la iglesia el lugar que debería ocupar en nuestras vidas?

Jesús amó a la iglesia al punto que se dió así mismo por ella. No solo tuvo buenas intencionas para con ella, sino que se ofreció por ella. En otras palabras, fue una prioridad en su vida.

La única forma en que podamos experimentar un real avivamiento es que lo que es prioritario para Dios llegue a serlo también para nosotros.

Es triste pensar que muchos de los que proclamamos ser cristianos y amar a Cristo, NO AMAMOS lo que Crsito tanto amó: la iglesia.

Si Cristo se dio por ella entonces vale la pena que nosotros hagamos lo mismo. ¿Qué tendrá que pasar para que lo entendamos?

El avivamiento tiene que ver con revivir lo que está muerto, y si hay algo que necesitamos revivir hoy día es la pasión por colocar en el centro de nuestras vidas lo que es central para Dios.

Lo más importante para Dios es la iglesia. Por ella se dió el Hijo, por ella fue enviado el Espíritu y gracias a ella nosotros tenemos parte en un trabajo que traspasa el tiempo y el espacio.

Mucha gente dice: "Yo amo a Cristo pero ¿a la iglesia?"

Creo que un avivamiento nos hará amar lo que Él ama y aborrecer lo que Él aborrece.

De otro modo, seguimos muertos en nuestro egoista estilo de vida.