jueves, 8 de abril de 2010

Getsemaní: tiempo de orar


Tal parece que todo el mundo está muy contento con lo que viene.

Estamos "dando por sentado" que el avivamiento ya llegó y estamos olvidando el aspecto mas elemental del asunto: el verdadero arrepentimiento y la oración.

Dios no está diciendo que el avivamiento vendrá por estar contento con el proceder de la iglesia en Chile, todo lo contrario, Dios se está "viendo forzado" a hacer entender a la iglesia de la manera menos agradable para Él y menos honrosa para Su pueblo, que es por medio del JUICIO.

Amo al Señor tanto como la mayoría de los que han escrito comentarios aquí, pero el varón de Dios que vino de Brasil fue claro: "Dios le envió con urgencia a Chile con el mensaje de estas copas de ira".

Entre el avivamiento que se viene y nosotros hay una sentencia de juicio. Considero muy irresponsable cantar victoria tan prematuramente.

Esa noche hubo mucho jolgorio (alabanza) y lo que Dios estaba buscando son lágrimas, lágrimas que hablen de un arrepentimiento genuino, de adentro, sincero. El Señor sigue pidiendo que rasguemos nuestro corazón y en esa vigilia me da la impresión que lo único que se rasgó un poco fue el vestido.

No es gente saltando y dando gritos de júbilo, sino almas contritas, humilladas ante este Santo Dios airado.

Con la primera copa de Concepción, Dios nos dio una muestra de lo devastador que podría resultar para nuestra nación seguir en el mismo pie en el que hemos estado caminando hasta ahora.

¿Alguien se ha preguntado por qué la ira de Dios? ¿Qué motivará a nuestro buen Señor estar dispuesto a traer juicio sobre nuestra nación?

No le podemos echar la culpa a los políticos, ni a los presidentes (que de hecho tienen cierta responsabilidad en el asunto, así como todo el resto de la sociedad), pero los verdaderos responsables son “los líderes de la iglesia evangélica Chilena”.

Son ellos los que no han hecho fielmente el trabajo que Dios les mandó y por culpa de ello, la iglesia vive como quiere, por culpa de esos mensajes de éxito y prosperidad que predican justamente los ministerios que motivaron esta vigilia.

Espero que antes de haber llamado a la iglesia a arrepentimiento, ellos, los líderes, principales responsables, se hayan arrepentido de haber convertido la gracia de Dios en algo barato, de haber llamado a la riqueza en vez de al arrepentimiento en sus prédicas semanales, de haber usado los poderosos medios de comunicación que Dios puso en sus manos para engrandecer sus ministerios antes que engrandecer a Cristo, por haber predicado el mensaje equivocado de abrazar las cosas del mundo en vez de abandonarlo.

Es que Dios está airado contra la iglesia. El mundo está tinieblas, pero Dios no está demandando del mundo (los impíos), sino de la iglesia (los supuestos justos)

Dios no puede ser burlado. Una noche de mucho canto y emoción no cubrirá toneladas de pecados que los líderes han dejado colarse por años al interior de las congregaciones, en que totalmente faltos del temor de Dios han permitido que las iglesias se vuelvan cuevas de ladrones como en el tiempo de Jesús y lugares de desenfreno emocional en vez de santuarios.

El pecado, liviandad y frivolidad que hay en las iglesias subió a la presencia del Señor y Él no puede permitir que Su casa se contamine de tal forma. Les dio tiempo para el arrepentimiento pero cuando los hombres “hacen oídos sordos”, Él sabe como hacerse escuchar.

La noche de la vigilia, los más entusiastas eran los jóvenes, pero ¿quiénes son los que están introduciendo el libertinaje en las iglesias, no son los jóvenes que se han tomado los púlpitos y han ofrecido sobre ellos fuego extraño?

Jóvenes que estando en condición de pecado (que incluye el adulterio y vidas dobles) se atreven a ministrar, predicar y ofrecer pan inmundo en la mesa del Señor. ¿Se agradará el Señor de tales sacrificios?

Es bien lamentable hermanos que las serias advertencias de “juicio”, se estén tomando con tanta liviandad. Pero ¿qué otra cosa se les puede pedir a esos ministerios livianos? ¡¡Sería como pedir que el mundo fuera luz!!


En la vigilia todos estaban eufóricos como si tuviéramos motivos para celebrar. Algunos osadamente hablaron de “fiesta de arrepentimiento” ¿Es que los conceptos mundanos se han metido de tal forma que ya no discernimos lo bueno de lo malo, lo santo de lo profano?

Mi opinión parecerá crítica, y en cierto modo lo es, pero sobretodo es realista, y nace de un corazón que esta verdaderamente preocupado por el futuro de esta nación.

Yo se que habrá un avivamiento, pero es un error pensar que ese avivamiento vendrá sobre esas iglesias mundanas. El receptor de tal avivamiento será el remanente.

El remanente son aquellos que “no tuvieron que esperar que venga un terremoto para estar a cuentas con Dios”. Son los tibios, los carnales los que se asustaron y está buscando como salir de su mediocridad espiritual. “El remanente”, sin embargo, ha estado al lado de Su Señor en todo tiempo y este es tiempo de retribución.

Ministerios que están esperando avivamiento, van a recibir juicio (no olvidemos que el juicio comienza por la casa de Dios) y no les va a gustar, pero “Dios va a juzgar el pecado de Elí” (le recomiendo estudiar lo que esto lo significa)

Tengo una palabra del Señor para los que tengan oídos para oír. Vienen 3 pasos para la iglesia en Chile. En Mateo 26 habla de Jesús en Getsemaní. Ahí está la iglesia hoy y por causa de la iglesia, ahí está también nuestra nación. Getsemaní es la primera estación y ya estamos en ella.

Te invito a evaluar un mensaje escrito en Mayo del 2009 en este mismo blog, llamado "Dios está preparando algo grande”. Hay un mensaje profético allí para nuestra nación.

Medítalo y con oración, saca tus propias conclusiones.

Ve como se une con el mensaje entregado por el profeta de Brasil un año después, y sobretodo, no es tiempo de cantar victoria, es tiempo de clamar, de rogar, de arrepentirnos, de hacer frutos dignos de arrepentimiento.

Las palabras, las promesas de los hombres, se las lleva el viento, eso Dios lo sabe muy bien y por ello está esperando más que una noche de promesas de “me voy a portar bien ahora”. Él quiere ver frutos, porque esa es la voluntad el Padre “que llevemos mucho fruto”.

Fraternalmente, para reflexionar

Pastor Gabriel Torres
9-8048764