martes, 9 de septiembre de 2008

¿Amor Frío?


"Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará" (Mateo 24:12)

En este capítulo el Señor está advirtiendo sobre los eventos que antecederán el fin. No pretendo discutir sobre qué entendemos por fin aquí, me interesa más bien prestar atención a lo que Jesús dice respecto del "amor".

Nada hay más fuerte que el amor. La Palabra lo dice de muchas formas. En muchos libros hace referencia al tremendo poder que emana del amor.

Es más fuerte que la muerte, que el odio y el rencor, que el dinero, que la lujuria, que la maldad misma.

Tan poderoso es, que Dios el Hijo, siendo quien era, y conociéndonos como nos conocía, decidió venir a morir por nosotros, y esto, como la mayor expresión de Su amor.

En el evangelio de Juan quedaron registradas las palabras de Jesucristo cuando dijo: "nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos".

Él pasó la vara y rompió todos lo récords poniendo Su Vida por Sus enemigos. ¡¡Qué grande es el Señor!!

El mismo Señor dice aquí en Mateo 24:12, "el amor de muchos se enfriará". Esto suena algo extraño de buenas a primeras, pero el amor es como fuego que quema en el interior del hombre, provocando celo, pasión, inspirando a veces a hacer las cosas más descabelladas que alguno pudiera pensar, si bien no hace nada indebido, no tiene envidia, ni se jacta, ni guarda rencor.

Por el contrario: todo lo sufre y lo cree, todo lo espera y lo soporta porque el amor NUNCA DEJA DE SER no se termina. Puede enfriarse, pero sigue ahí.

Doy gracias a Dios que no dijera: "y por haberse ACABADO el amor", pero al solamente enfriarse, hay un antídoto para ese mal: el fuego. ¡Gloria a Dios!

Las escrituras dicen que Dios es fuego consumidor, que su Espíritu Santo vino como lenguas de fuego al aposento alto. También dice "¿no es mi Palabra como fuego? Hasta donde yo sé lo único que puede derretir el frío (hielo) es el fuego.

La maldad sin duda seguirá multiplicándose, pero mientras esté el Espíritu Santo en la tierra existirá el fuego necesario para traer de vuelta a los fríos y a lo tibios a una relación de Fuego y vida con el Hacedor.

Eso es avivamiento, lo que vivió Elías cuando el fuego cayó y los "tibios" pudieron calentarse junto a las llamas del Espíritu. Llamas que provocaron el reconocimiento y la necesidad que voluntariamente y a viva voz clamaran ya no con indiferencia: "Jehová es Dios, Jehová es Dios"

Por ello: "Señor manda fuego que derrita el hielo de la indiferencia que tenemos hacia las cosas santas. Permite que a todo el que lea estas líneas, "algo" de esa llama eterna que nada puede apargar, se vuelva a encender en sus corazones. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén"

Las muchas aguas(del mundo), no podrán apagar el amor(por Dios)

En el amor de Cristo,
Pastor Gabriel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dios quiera que su fuego pueda derretir este hielo que esta aqui dentro y pueda sentir nuevamente su Amor por todo mi ser...

aun te amo Creador!!!! aunque lejos este de ti