lunes, 5 de mayo de 2008

¿Qué estamos haciendo por los que se pierden ?






El contador está marcando el número de personas que habrá muerto en el mundo desde el momento en que llegaste a esta página. Anuncia que ¡¡150.000 personas mueren cada día y muchas de ellas van camino a la eterna perdición!!
¿Qué estamos haciendo por los que mueren sin Cristo?
¿De que manera estamos aportando para que otros reciban el mensaje de Salvación?
¡¡Dios nos hará responsables!!. Él nos comisionó para "ir y hacer discípulos a todas las naciones". Pero para ir se requiere algo más que sólo el deseo. Se necesitan el llamado, la capacitación, la llenura del Espíritu Santo y los recursos para realizar la tarea.
Nehemías recibió la carga para reconstruir los muros caídos de Jerusalén, y también el permiso y los recursos necesarios para llevar a cabo la tarea. No sólo lloró por el estado de sus hermanos, no sólo oró por ellos, no sólo hizo ayuno, además, se levantó para ir y hacer "algo concreto" para cambiar la situación del pueblo.
Muchas personas no están dispuestas a ir, pero ¿estarán al menos dispuestas a proveer para que otros vayan? A veces pensamos en misiones a nivel internacional y eso está muy bien, pero dentro de tu propio país, ¿cuántas personas no conocen al Salvador Jesucristo? Jesús habló a sus discípulos diciendo que le serían testigos partiendo desde Jerusalén, es decir, desde su propia tierra, avanzando luego hacia Judea, Samaria y finalmente hasta lo último de la tierra". Creo que Chile es un largo país que ha escuchado mucho acerca de Dios, pero que necesita escuchar a Dios, mediante el mensaje verdadero -no diluido- del evangelio de Jesucristo.
En el pueblo de Dios hay distintas personas que suplen distintas necesidades: unos tienen el llamado a ser predicadores, otros a interceder, otros a servir, otros a dar, etcétera. ¿En cuál de esos grupos estás tú?
No nos conformemos hermanos. Recordemos que "lo bueno es enemigo de lo mejor" y que después de haber hecho algo bueno para Dios, todavía hay mucho más que podemos seguir haciendo. Después de todo, a los verdaderos hijos de Dios, a los que se han alejado del pecado y viven vidas en rectitud y santidad, Dios no los va a juzgar por lo malo que hayan hecho, sino "por lo bueno que no estuvieron dispuestos a hacer".
"Y al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado" (Santiago 4:17)

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